Educación de calidad y Movilidad Social

¿Es suficiente una educación de calidad para generar movilidad social?

Nuestro país ha logrado tasas de cobertura escolar en educación básica de un 99% y en educación media de un 92% aproximadamente. Cifras muy alentadoras y que estarían, según la literatura especializada, directamente relacionadas con mayores retornos privados y sociales producto del aumento de la cantidad de años de estudio. Es decir, existiría una relación positiva entre años de escolaridad y nivel de ingresos. No obstante, poco se ha discutido y analizado si existen diferencias en estos retornos según el nivel de calidad de la educación recibida. Reflexión que hoy toma mayor importancia a la luz de los resultados SIMCE 2008 entregados por la autoridad ministerial.

Todo avance en la calidad de la educación es una noticia a todas luces alentadora y terminar con el estancamiento en los puntajes de lenguaje nos debe alegrar a todos e incentivar para seguir por la ruta del mejoramiento continuo.

No obstante, el avance puede ser asimétrico y algunos segmentos podrían permanecer sin variaciones significativas. Es por esto que debemos seguir avanzando en el perfeccionamiento del SIMCE y en la creación de otras pruebas de calidad, debido a que el análisis de la efectividad educativa es mucho más complejo y no sólo responde a las competencias adquiridas por los educandos sino también a otros variables que impactarían en su futuro.

Así, es oportuno preguntarse respecto de los beneficios que les reportará a los alumnos el haber recibido educación de mejor calidad según los estándares del SIMCE. Dicho de otra forma, ¿es suficiente recibir educación de calidad para generar mayor movilidad social?

En este contexto, una investigación exploratoria que estamos realizando analiza los retornos de ex alumnos de sectores socioeconómicos altamente vulnerables con la única diferencia que un grupo de ellos egresó de un colegio con bajos puntajes en relación a escuelas de su mismo grupo socioeconómico y otros de liceos con mejores puntajes. Algunos resultados preliminares nos permitirían concluir lo siguiente:

1. Más de la mitad de los alumnos egresados tanto de buenas como malas escuelas no se inscriben para rendir la PSU.

2. Alumnos egresados de escuelas de baja calidad obtienen un puntaje PSU promedio inferior a 450 puntos. Por su parte, los alumnos que egresaron de buenas escuelas logran con dificultad los 500 puntos.

3. Alumnos egresados de escuelas de mejores niveles de desempeño optan principalmente por estudios superiores universitarios, versus alumnos egresados de aquellas de bajo desempeño que optan por Institutos Profesionales o Centros de Formación Técnica.

4. Alumnos egresados de liceos de baja calidad presentarían mayores tasas de desempleo en comparación a alumnos egresados de liceos de buen desempeño.

5. No se aprecian diferencias significativas en los salarios de los alumnos entrevistados.

6. Ambos tipos de alumnos no han desarrollado proyectos de emprendimiento. En general los pocos que lo han hecho desarrollan actividades más bien precarias como comercio ambulante o puestos en ferias libres.

7. Ambos tipos de alumnos cuentan con un bajo número de redes sociales para proteger sus primeros años en el mundo laboral y para fomentar la continuidad de sus estudios superiores. Tópico directamente relacionado con su baja participación social.


Estos resultados preliminares nos plantean nuevos desafíos. Los grandes esfuerzos que se están realizando para mejorar la calidad de la educación tienen como fin último generar mayor movilidad social y éxito futuro. No obstante, la educación recibida no sería suficiente en sectores de alta vulnerabilidad, ya que existiría baja motivación de los alumnos por continuar con sus estudios superiores debido a que un bajo número de ellos rinde la PSU e ingresa a la educación superior. Esto debiese ser también un indicador de calidad del colegio incorporándose al SIMCE y premiando aquellos colegios que desarrollan estrategias para aumentar las expectativas futuras de sus alumnos. Asimismo, se debiera fomentar el emprendimiento y la innovación para aumentar las probabilidades de éxito laboral, tal vez incorporando este tema a los contenidos mínimos obligatorios.

Una vez más, es oportuno reiterar la importancia de entregar la información de los resultados SIMCE destacando fuertemente el logro alcanzado por los centros escolares, quizás esto, acompañado de otras estrategias, permita eliminar las asimetrías de información.


Fuente: Mauricio Bravo para Latercera.com

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